DISCREPANTES, PERO MENOS
Populares y socialistas acercan sus postulados en materia de política autonómica
Informe de JAUME
V. AROCA en
“La Vanguardia” del
19/09/2004
Por su
interés y relevancia, he seleccionado el informe que sigue para incluirlo en
este sitio web. (L. B.-B.)
Populares y socialistas siguen todavía alejados en su visión de España, pero
desde esta semana un poco menos. La comparación de la declaración sobre el
modelo territorial firmada el viernes pasado por los líderes autonómicos del PP
en San Millán de la Cogolla con la aprobada por los barones del PSOE en
Santillana en agosto del 2003 pone en evidencia que populares y socialistas
mantienen posiciones distantes en el debate autonómico, pero que sus principios
básicos no están tan alejados. La unidad y la cohesión de los territorios de
España, la igualdad de todos los españoles ante la ley y el respeto al marco
constitucional vigente son planteamientos fundamentales compartidos por ambos
partidos.
Ni siquiera la reforma de la Constitución que propugnan los socialistas –una
reforma “limitada”– parece hoy un obstáculo insalvable. El PP ha pasado de
negarla a aceptar el “desarrollo” de la Carta Magna, así como la reforma de los
estatutos y del actual sistema de financiación autonómica, siempre que haya
consenso entre los dos grandes partidos.
Los socialistas siguen siendo los que tiran del carro de la reforma territorial
y el PP va a remolque y con un pie en el suelo. La diferencia respecto a hace un
año –cuando los populares acusaban a los socialistas de propiciar el “barullo”–
es que entonces iban montados en carros distintos y en direcciones opuestas. Ya
no. La cúpula del PP, frontalmente opuesta a replantear el actual estado de
cosas hace tan sólo unos pocos meses, se ha visto obligada finalmente a subirse
al carro de las reformas a causa de la victoria socialista en las elecciones de
marzo y de la propia presión de sus dirigentes territoriales.
El PSOE, en su declaración de Santillana, va más allá que el PP. En el
documento, que también es más extenso (diez folios contra apenas cuatro de la
declaración de San Millán), los socialistas detallaban algunas propuestas, como
la creación de la conferencia de presidentes autonómicos, la representación de
los intereses de las comunidades ante la UE o la subsidiariedad de la justicia.
El PP no entra en nada de esto.
Los populares optan por una declaración de principios fundamentales en los que
en realidad –salvando probablemente las formas– están bastante cerca de los
socialistas. Unos y otros coinciden en que la unidad de España es incuestionable
y que la singularidad de algunos territorios, que ambos admiten porque así lo
consagró la Constitución de 1978, no puede ser sinónimo de desigualdad. En este
punto, aunque lo digan de distinto modo, vienen a decir lo mismo.