CRIMINALIDAD ASIMÉTRICA
Artículo de Carmen Martínez Castro en “La Razón” del 20/02/2004
Hemos pasado de la tregua trampa a la tregua bomba. El movimiento político
que ha realizado esta semana una ETA agónica, pero no idiota, ha dinamitado
definitivamente el panorama electoral. Pero aún está por ver si la sacudida
consigue despertar algunas conciencias absurda y deliberadamente dormidas.
ETA se ha encargado de hacer bueno el aforismo: «Cuidado con tus sueños,
pueden hacerse realidad». Carod-Rovira lleva años soñando con la tregua de ETA
en Cataluña; el miércoles pasado su sueño se hizo realidad. Ya ha logrado lo que
venía buscando desde hace años. El hecho diferencial catalán tiene una nueva
aplicación práctica: estamos ante la criminalidad asimétrica. Lo ocurrido es el
corolario lógico del manual del buen nacionalista. Si quieren impuestos propios,
tribunales propios y soberanía propia, ¿por qué no tener un tratamiento propio
por parte de ETA? Un privilegio más que apuntar a la lista de insolidaridades
Carod no es un loco o un marciano recién llegado a la política catalana. No
se puede echar las manos a la cabeza; ni él, ni sus socios, ni quienes le apoyan
fuera de Cataluña. Ha sido jefe del gobierno de Maragall, dirige la tercera
fuerza política de esa comunidad autónoma y se presenta al Congreso de los
Diputados con el lema: «Hablando se entiende la gente».
Desde luego, ETA ha entendido perfectamente a Carod, como entiende al PNV, a
Julio Medem y a determinado sector de la izquierda, que no me atrevo a llamar
española por no ofender. Siempre hay gente dispuesta a dejarse hipnotizar por la
magia de la palabra diálogo; honrados ciudadanos dispuestos a entregarse sin dar
la batalla o, en este caso concreto, dispuestos a rendirse cuando estamos a
punto de ganar esa batalla al terrorismo. Son los mismos que llaman regresión
democrática a las leyes que nos han permitido asfixiar a ETA, los que recurren
esas leyes ante los tribunales internacionales, los que insultan a los miembros
de Basta ya en la universidades catalanas y pasean como héroes a los periodistas
de Egunkaria. Los que equiparan a víctimas y verdugos. Los que culpan a Aznar
del órdago soberanista. Los mismos que a estas horas se afanan en buscar excusas
para ocultar la gravedad de lo ocurrido . El 14 de marzo veremos si han
conseguido narcotizar a la sociedad española.