ESPAÑA, DE RODILLAS
Artículo de Carlos Semprún Maura en “La Razón” del 26/04/2004
Por su interés y relevancia, he seleccionado el artículo que sigue para incluirlo en este sitio web. (L. B.-B.)
El cada día más improbable Miguel Ángel Aguilar escribía en «El País» (15.4):
«Retirarse es lo contrario de huir en desbandada». Pues bien, hablando en
castellano, es desertar. Y cuanto más se evocan los peligros, más cobardía se
demuestra. Ya podrá Aguilar exaltar el cumplimento de un promesa electoral, los
hechos siguen siendo los hechos, las pocas tropas españolas en Iraq van a
desertar del frente, porque podría convertirse en peligroso. Desde luego, la
descisión de Rodríguez no será impopular, al revés, ya que el miedo le ha
permitido ganar las elecciones, cuanto más miedo demuestre, más popular será. Al
menos hasta los próximos atentados. Esto nada tiene de nuevo, la cobardía como
motor de la política nacional, o internacional, es de clavo pasado y sin
remontar a los años treinta y a la vergüenza de tantos países (empezando por la
URSS) cediendo a Hitler, para evitar la guerra, sin evitarla, daré un solo
ejemplo, más reciente y más relacionado con los conflictos actuales: cuando
durante la caótica guerra del Líbano los sirios atacaron con camiones bombas
suicidas tropas norteamericanas y francesas, éstas se retiraron de inmediato, y
cuando como guinda de ese apestoso pastel, esos mismos sirios asesinaron al
embajador francés en Beirut, aquello no le impidió al presidente Chirac ser el
único jefe de estado occidental presente en el entierro del tirano sirio: Afez
el-Asad. Se podrían dar muchos otros ejemplos del «espíritu muniqués» que tantas
veces domina el escenario internacional. Desde luego Rodríguez afirma que la
lucha contra el terrorismo será una prioridad de su gobierno, pero en términos
tan generales y tan vagos, que me recuerda a otros jefes de gobierno que
proclaman que la lucha contra el paro, por ejemplo, será su prioridad, mientras
el empleo sigue disminuyendo inexorablemente, (salvo en los países con política
un poco más liberal, como USA y Reino Unido dicho sea de paso). Pues lo mismo,
Rodríguez Z. habla del terrorismo, pero retira nuestras tropas del «frente»,
hace lo contrario de lo que dice. Porque la guerra contra el terrorismo no es
una guerra «clásica», es una guerra que transcurre tanto en Atocha, como en
Casablanca, tanto en Europa, como en USA, o Indonesia y Filipinas, también
transcurre en Iraq y Afganistán. En cualquier lugar del mundo en donde existan
grupos o masas musulmanes, existen núcleos de islamistas fanáticos y
terroristas, porque el terrorismo hoy, sin ser únicamente islamista (ETA, FARC,
etcétera), esencialmente lo es, y si vosotros no creeis que han declarado la
guerra santa contra las democracias occidentales, ellos no sólo se lo creen,
sino que actúan en consecuencia. Para intentar justificar su condena de la
intervención militar ¬y la retirada de nuestras tropas¬ se ha dicho que Iraq no
tenía armas de destrucción masiva (salvo su propia tiranía, como dijo Bernard
Kouchner), y que Sadam Husein no se acostaba con Ben Laden. Pero éste no es el
único jefe terrorista en el mundo, y mucho antes que él, Sadam no sólo terrorizó
su pueblo, sino que durante decenios organizó, subvencionó y armó a
organizaciones terroristas fuera de sus fronteras, y no sólo a palestinas,
también europeas. Las Brigadas Rojas italianas, la RAF alemana, etcétera,
estuvieron ayudadas directamente por Siria e Iraq (sin hablar del KGB, «off
course»).
Resulta, pues, evidente que las frases huecas de Rodríguez sobre la lucha
contra el terrorismo, resultan siniestras farsas, cuando su primera acción como
presidente de gobierno, es desertar el terreno de esa lucha en Iraq. Y cuando
piensas en ETA en el contexto actual de retirada en «buen orden» pero
generalizada, se te ponen los pelos de punta. Desde luego, el anuncio de la
deserción inmediata de nuestras tropas ha sido ampliamente comentado en todo el
mundo, ya se trate de los medios o de los gobiernos. Como es lógico, el
presidente Bush la ha criticado, pero Javier Solana la ha aprobado, y Honduras
ha decidido seguir el ejemplo luminioso de España... Se me dirá que el peso
específico de los señores Bush y Solana no es exactamente el mismo, pero sin
embargo, muchos medios le han dado la misma importancia. ¿Pobre Solana! Lleva
años de representante diplomático de la UE, y aún no sabe dónde está su
despacho. Por lo visto también Romano Prodi aprueba la decisión zapaterista.
¿Otro desastre! Y además no se sabe si Prodi sigue siendo presidente de la
Comisión europea, o líder de la oposición italiana, pero se mire como se mire,
es igual de desastroso. Este vódevil sólo se merecería carcajadas, si no se
tratara de cosas muy graves, de atentados, de muertos, de una guerra en suma.
Está visto que en la UE, que subvenciona el terrorismo palestino, existen
fuerzas, cuya obsesión antiyanqui es tal que les conduce a las peores
barbaridades. Con tal de construir una potencia superior a la potencia
norteamericana, son capaces de aliarse con quien sea, y concretamente con los
países árabes que tengan no sólo terrorismo, sino también petróleo. Porque si
alguien se cree la propaganda según la cual el terrorismo sería «la única arma
de los pobres», y que defender a Ben Laden es defender al «felah» egipcio y al
barrendero marroquí, mejor sería suicidarse de una vez. Los países europeos más
abiertos al «diálogo de civilizaciones y al multiculturalismo» son los que peor
han tratado a los moros pobres, como a los demás pobres. Esta guerra subversiva
está en el corazón mismo de Europa, no sólo por los atentados habidos y por
haber, sino también debido a los problemas de democracia, de integración, de
resistencia al fanatismo terrorista, y si el zapaterismo, o sea la cobardía,
triunfa, la guerra triunfará, y podremos sonar el toque de queda.