EL ESTADO DISPERSO
Artículo de Aleix
Vidal-Quadras en
“La Razón” del 23/07/2004
Por
su interés y relevancia, he seleccionado el artículo que sigue para incluirlo
en este sitio web. (L. B.-B.)
Con
un breve comentario al final:
SALTIMBANQUIS
SIN OFICIO Y SIN RED (L. B.-B., 23-7-04, 13:00)
Pasqual Maragall salió anteayer
muy satisfecho de su larga entrevista con el presidente del Gobierno. Llevaba
bajo el brazo varios logros concretos y algo que al Molt
Honorable socialista le encanta, una buena gavilla de conceptos confusos. La
iniciativa de trasladar la Comisión del Mercado de las Telecomunicaciones a
Barcelona puede ser acertada en la medida que descentraliza territorialmente
órganos estatales y contribuye a la vertebración nacional demostrando con su
presencia física en Cataluña que ésta es España sin reserva ninguna. Otra cosa
son los problemas de orden práctico que la medida les va a crear a todos los
que trabajan en este organismo en relación a búsqueda de vivienda,
escolarización de sus hijos en un sistema educativo en el que no está previsto
el uso del español como lengua vehicular, y adaptación a un nuevo entorno
social y cultural. Por supuesto, la recomendación de Carod-Rovira de contratar
catalanes para esos puestos resolvería en términos étnicos la cuestión, pero no
resultaría demasiado compatible con la Constitución.
La creación de consorcios con presencia municipal, autonómica
y estatal para gestionar los aeropuertos y las infraestructuras ferroviarias de
cercanías tampoco ha de ser considerada de entrada una mala idea, siempre y
cuando los entes correspondientes redunden en un ahorro de costes y en un
servicio más eficaz y de mayor calidad a los usuarios, porque si el resultado
final es el contrario, y de lo que se trata es de colocar a más paniaguados,
habremos hecho un pésimo negocio. Ahora bien, donde los inventos
maragallianos se adentran en terrenos resbaladizos es en los capítulos de la
política exterior y de la política lingüística. No se acaban de
comprender las razones por las que un representante de la Delegación de la
Generalitat en Madrid haya de estar presente dos veces por semana en las
reuniones que se celebran en La Moncloa para tratar asuntos internacionales. Es
de suponer que este curioso privilegio estará al alcance de las demás
Comunidades Autónomas, con lo que estas sesiones de trabajo registrarán pronto
una asistencia multitudinaria. En fin, un disparate.
La cooficialidad del castellano, el catalán, el vasco y el gallego
en toda España es una pirueta que sólo se le puede ocurrir al actual inquilino
del Palau de la Generalitat, que todavía no ha
entendido que nuestro país no es Suiza. Los españoles no hablamos cuatro
lenguas perfectamente delimitadas espacialmente, sino que disponemos de un
idioma común, que dominamos todos, y de otros que se utilizan únicamente en
determinadas partes de nuestra variada geografía. La pretensión de que el vasco
sea oficial en Córdoba y el gallego en Murcia revela una gran imaginación, pero
no tiene nada que ver con la realidad en la que vivimos. Maragall proclama que
quiere una Estado reticular, pero lo que nos ofrece, para nuestra desgracia, es
un Estado disperso.
Con
un breve comentario al final:
SALTIMBANQUIS
SIN OFICIO Y SIN RED (L. B.-B., 23-7-04, 13:00)
Está claro que a Vidal-Quadras le falta la potente imaginación de Maragall que, el
muy ladino, está preparando el terreno para que las reuniones del Gobierno
español de formulación de la política exterior se hagan en el "Camp Nou", o en la "Haima"
del "Fórum". También carece de imaginación Vidal-Quadras
al no darse cuenta de que la cooficialidad de los idiomas catalán, vasco y
gallego en todo el territorio español crearía una multitud de puestos de
trabajo en las Administraciones públicas de todo el "Estado" y de
todas las "Naciones", que tendrían que dotarse de intérpretes para
atender a los ciudadanos periféricos o alterperiféricos
que acudieran a las oficinas públicas.
En cambio, encuentro que a Maragall le
falta imaginación en su concepción de las "naciones": si lo que
define a las "naciones" es la especificidad cultural, ¿por qué no se
han de considerar "naciones" Valencia, las Baleares, Andalucía
---tengamos en cuenta el flamenco y el dialecto andaluz, caramba---, Asturias
con su "bable", Canarias y sus perfiles lingüísticos sudamericanos, y
algún otro territorio más que seguramente se me queda en el tintero? El resto
sería el "Estado", y contra la selección "estatal" podrían jugar los equipos de las selecciones nacionales
mencionadas. El término "selección española" se podría archivar en el
"Museo Estatal" del Prado y en la "Biblioteca
Estatal" de Madrid, o junto con los demás documentos de los archivos de
Salamanca, como un residuo histórico a conservar con el respeto debido al
pasado.
Un comentario entre paréntesis: (¡qué
ignorante soy!, eso de los archivos de Salamanca me suena y no sé de qué).
En fin, todo esto resulta esperpéntico
y tragicómico: asombra el nivel de improvisación e irresponsabilidad de algunos
líderes políticos, que pretenden cambiar el modelo de Estado con tan endebles
cimientos teóricos. Carecen de modelo de Estado para sustituir al actual, y se
limitan a ir de saltimbanquis de un lado para otro, sin oficio ni
profesionalidad, arrastrándonos al precipicio sin red, y moviéndose al compás
de los que lo que intentan es destruir España y su Estado para conseguir la
independencia, o la soberanía, o la confederación cantonal, "agarrando al
PSOE por donde hay que agarrarlo".
Lo que resulta asombroso es la quiebra
de legitimidad y sentido común que han producido esta situación en Cataluña y
Euskadi. ¡Qué labor de zapa debe haberse realizado por los topos durante estos
años en el sistema educativo para producir estos resultados entre los jóvenes!
¿No tiene el Estado la competencia de inspección del sistema educativo?
Les contaré una anécdota de un primer
curso universitario: una alumna me dijo, comentando los resultados de las
elecciones autonómicas catalanas que los de ERC eran los únicos que hablaban
claro, lo cual significa una acusación clara a la ambigüedad de CIU durante
todos estos años, pero también a la empanada mental de la izquierda. Yo le
contesté que, ciertamente, los de ERC hablaban claro y tenían objetivos más
claramente definidos que los demás, pero sus ideas y objetivos eran
anacrónicos, propios de hace dos siglos, lo cual no los hacía mejores, sino
peores. Sin embargo, les confieso, aquí entre nosotros, que no creo haberla
convencido.
En fin, toda esta irresponsabilidad que
les mencionaba párrafos atrás está poniendo en riesgo la democracia y
desacreditando la descentralización y el federalismo por otro siglo más. No sé cuánto
tardará en despertar la mayoría, pero lo hará, y sus efectos los van a notar
algunos. Cuanto más se demore este despertar, más nos afectarán sus
consecuencias negativas a todos.
Por cierto, la cooficialidad de los idiomas catalán, vasco y gallego en todo el territorio
exigiría una reforma constitucional del título preliminar de la Constitución.
¿Está dispuesto el Gobierno a ponerla en marcha?
En fin, da pena el nivel de degradación
política que estamos alcanzando con este liderazgo: ¿no queda nadie sensato en
el PSOE, o en el PSC? ¿Y en otros ámbitos? ¿Felipe González, Pujol, Roca,
Fraga, no tienen nada que decir sobre todos los disparates que se van
acumulando en el liderazgo de partidos antaño considerados responsables?