LA RACIONALIDAD DE ERC
Artículo de XAVIER
SALA I MARTÍN en “La Vanguardia”
del 03.12.2003
CON UN MUY BREVE COMENTARIO AL FINAL: A OBSCENIDAD INSOLIDARIA...
¿QUÉ? (L. B.-B., 3-12-03, 21:00)
Los rumores de hoy dicen que el pacto
de izquierdas en Catalunya está cerrado. Dicen incluso que ya estaba cerrado
antes de las elecciones. Yo no me lo creo. Y no me lo creo porque los
dirigentes de Esquerra Republicana saben que, después del 16-N, ese pacto sería
nefasto para Catalunya y para la propia ERC. Me explico.
Hace muchos años que ERC entiende que el problema del déficit fiscal de
Catalunya con España es la principal lacra económica que sufre nuestro país. Yo
mismo he colaborado con ellos en algunos estudios y sé la importancia que el
tema tiene para líderes republicanos como Josep Huguet, Joan Puigcercós, Carles
Bonet y el propio Josep Lluís Carod-Rovira. El sistema fiscal español extrae
entre un 8 y un 10% de las rentas de los catalanes y lo reparte entre otras
comunidades del Estado. Se nos dice desde España que es bueno que seamos
solidarios, pero no se nos da ni las gracias. Al contrario, nos
insultan porque nos quejamos. El déficit fiscal se perpetúa y, con él, se
limita nuestra prosperidad.
A menudo he escrito que una solución es un sistema de financiación como el que
demanda ERC, basado en el “concierto económico” vasco. Muy rápidamente, el
concierto económico consiste en que la Generalitat recaude los impuestos. Una
parte del dinero se utilizaría para pagar una “cuota de españolidad” (para
financiar las instituciones del Estado como los ministerios) y el resto
financiaría a la Generalitat. Este sistema reduciría dramáticamente el déficit,
como ya ha pasado en Euskadi, y aumentaría en miles de millones de euros el
dinero disponible en Catalunya para infraestructuras, educación, sanidad o lo
que libremente decidamos. Éste, y no otro, debe ser y
es el primer gran objetivo de ERC.
El problema del pacto de izquierdas es que incluye al PSC. Digo que eso es un
problema porque, no hace mucho, el PSC firmó con sus colegas del PSOE unos
acuerdos sobre política autonómica en Santillana del Mar. El documento firmado
se comprometía a mantener la “igualdad” entre las comunidades autónomas. Esto
no es nada nuevo. Los socialistas españoles siempre persiguieron políticas de
“café para todos” cuando estaban en el gobierno, y así lo siguen haciendo.
Si unimos el deseo del concierto económico de ERC con la política de igualdad
autonómica del PSOE, se deduce que el sistema que buscaría el gobierno de
izquierdas en Catalunya sería el “concierto para todos”. Eso reduciría el
déficit catalán. La contrapartida sería que comunidades como Extremadura y
Castilla-la Mancha verían disminuir su superávit. Es decir, recibirían menos
transferencias y subvenciones. La irritación que eso provocaría en Ibarra y
Bono sería monumental. Tan monumental que ya, desde Madrid, han impedido que el
PSC acepte las peticiones de “concierto económico” que ha hecho ERC y ha dado
largas diciendo que “podemos llegar a un acuerdo”.
El problema es que el PSC no puede llegar a ningún “acuerdo” creíble que
satisfaga remotamente a ERC. Los acuerdos de Santillana del Mar son
incompatibles (repito, incompatibles) con nada que se parezca al concierto
económico porque eso perjudicaría a las comunidades donde gobiernan importantes
mandamases del PSOE. Por eso no creo que Esquerra Republicana ya haya pactado
con el PSC. Significaría sacrificar un aspecto demasiado importante de su
programa electoral.
Además de ser malo para Catalunya, el pacto de izquierdas es malo para la
propia ERC. Si. Ya sé aquello de que “una CiU en la oposición se disolverá y
ERC se quedará con sus votos para convertirse en el único partido
nacionalista”. Todo esto era posible antes del 16-N. Pero las elecciones han
demostrado que Artur Mas es un líder creíble, que CiU ha hecho los deberes de
la sucesión de Jordi Pujol y que no se desintegrará. Es cierto que un pacto de
izquierdas la condenará a la oposición durante cuatro años. Pero, pasado ese
tiempo, volverá con más fuerza a recuperar el voto que le ha prestado a ERC y a
pasarle la factura. Piensen que en marzo hay elecciones en España. Vista la
debacle de Maragall, lo más probable es que el PSOE sufra una hecatombe electoral
que represente el fin de Zapatero. ¿Quién mandará en el PSOE a partir del
entonces? Pues ni más ni menos que el señor Bono: uno de los mejores
profesionales de la neoespañolidad centralista y solidaria. Si ERC está en un
gobierno de izquierdas, va a tener que soportar críticas por cooperar durante
tres años largos con el reespañolizado partido de Bono. Y cualquiera que haya
visto lo que le pasó a CiU por pactar con el PP, puede adivinar lo que le
pasaría a ERC si pactara con el PSOE, especialmente si ERC le arrebata la
presidencia a un partido nacionalista que ha aceptado absolutamente todas sus
peticiones y se lo da a un partido que depende de España y que, encima, se ha
negado a aceptar propuestas tan importantes como el concierto económico o el
referéndum del Estatut.
Quizá el sueño de los dirigentes de ERC antes del 16-N era gobernar con las
izquierdas y provocar la desaparición de CiU. Pero vistos los resultados, lo
mejor para ERC es consolidar su voto nacionalista e intentar atraer el voto
socialista catalanista que pronto se verá desencantado por el giro españolista
que realizará el PSOE. Y así quizá tendremos un país normal, con una derecha
(CiU) y una izquierda (ERC) nacionalistas que dominan el panorama electoral, y
dos partidos satélites (PP y PSOE) que miran el espectáculo desde el gallinero.
No. No creo que el pacto de izquierdas ya esté sellado porque confío en que, al
final, se impondrá la racionalidad de ERC.
XAVIER SALA I MARTÍN, Fundació Catalunya
Oberta, Universidad de Harvard y UPF
MUY BREVE COMENTARIO: A OBSCENIDAD INSOLIDARIA... ¿QUÉ? (L. B.-B.,
3-12-03, 21:00)
Si se leen Vds. este artículo podrán ver reflejada la obscenidad
insolidaria del nacionalismo y los peligros de lo que se empieza a atisbar en
el horizonte. Ahí tienen Vds. el retrato de para qué sirve el concepto de
nación. Esta gente está jugando con fuego, y no se dan cuenta de cómo
pueden reventar la convivencia en Cataluña con pretensiones soberanistas e
insolidarias como las que proponen. Uno no sabe si queda algún atisbo de
equilibrio y sensatez en CIU, después de la campaña electoral franquista
realizada por Mas y compañía y del ascenso de los
soberanistas. Uno no sabe si queda algo semejante a principìos en el PSC, o si
están dispuestos a sacrificar lo que sea por acceder al gobierno de la
Generalitat. Uno sabe ya perfectamente dónde está el tarugismo catalán y las
consecuencias nefastas que puede provocar su ascenso. Uno no sabe lo que puede
tardar en producirse el reequilibrio, pero cuanto más
tarde peor será. Lo que sí que sabe uno es que si se sigue por el rumbo que se
atisba con la nueva composición de fuerzas en el Parlamento, la propensión a la
oscilación pendular será muy intensa, y sus primeros síntomas ya se atisbaron
en el descenso en votos del PSC. De aquí a Marzo, o de aquí a dos años, puede
producirse un vuelco total, después de un período de gran inestabilidad. Por
eso, no recomiendo que se siga jugando con fuego, por parte de algunos
señoritos de este país. Después se quejarán de lerrouxismo, de anticatalanismo
y de no sé cuantas cosas más. Tiempo al tiempo. Por cierto, ¿dónde están los
"capitanes" del PSC?